Del repechaje de la vida, …..al ¿grupo de la muerte?
Uruguay está en Sudáfrica ante el desafío de volver a ser un grande en el mundo
Pasaron ya, esos dos encuentros casi insoportables contra Costa Rica, en donde poco quedará del juego en la memoria de los hinchas celestes, y sí el desahogo final de volver al mundial. Otra vez siendo, como diría Guido Kazca de este lado del río, “el último pasajero”, de la mano de un repechaje. La verdad, en otro contexto, y nombre por nombre, Uruguay es mucho más que un equipo que, para empezar a discutir, juega en una cancha más parecida a las que jugamos nosotros entre amigos que una donde se dirimen los grandes temas mundialistas.
En la ida debió sacarse más ventaja –Suarez pudo, Forlán en alguna, pero sólo la corajeada de Lugano entró pidiendo permiso-. En la vuelta todo fue nervios y que pasen los minutos. Se respiraba un aire tremendo en el Centenario. Ese aire que se respira cuando las cosas, lejos de salir, cuestan el doble. Esa es la principal explicación de que el partido haya sido tan difícil. El boleto en juego hace quemar la pelota. El gol del eterno Abreu –jugador que, contrario a muchos, en la celeste le agrega un plus a su valor- pareció dar por terminada la cosa pero el empate casi enseguida dilató la tranquilidad hasta el final. Final feliz para la historia del repechaje.
Sorteo del 4 de diciembre. ¿Grupo de la muerte para Uruguay? Empecemos por el local. Si bien hay una mala para la celeste y es que nunca un equipo organizador quedó afuera en primera ronda, lo cierto es que siempre las bolillas habían sido generosas con los locales. Incluso Japón, quizás el organizador más endeble de la historia, tuvo a Bélgica, Tunez y una alicaída Rusia en la primera fase. O Estados Unidos, pasando como tercero dejando afuera a una Colombia que pensó que con el 5 a 0 en Buenos Aires le daba para ganar el mundial sin despeinarse. Sudáfrica la tendrá difícil. Puesto 85 en el controvertido ranking FIFA, lo cierto es que en la Copa Confederaciones 2009 –que se organiza como previa de los mundiales en el país anfitrión- empató con Irak, le ganó a Nueva Zelanda, y perdió con España -2 veces- y con Brasil (quizás en su mejor partido). Y no clasificó a la Copa de África.
México tuvo muchísimo trabajo para llegar a Sudáfrica. Arrancó perdiendo 3 de 4 partidos del hexagonal final de Concacaf (Honduras, Estados Unidos y El Salvador (http://es.fifa.com/worldcup/preliminaries/nccamerica/teams/team=43911/fixturesresults.html) y sólo un repunte final le dio aire para llegar al mundial. Torrado, Palencia y Guardado, tres de experiencia, son la base de una renovación que tarda en asentarse.
Y por último Francia. Si Henry no metía la mano, iba a penales con República de Irlanda. En el grupo, entre otros pobres resultados, perdió con la débil Austria. Gallas- Diarra- Henry son la columna de un equipo que no logra volver al nivel que lo llevara de la mano del pelado Zidane a disputar la última final.
Por lo tanto, el problema para Uruguay puede ser en parte el grupo, pero en otra –y creo que en gran medida-, es el nivel actual de Uruguay. Ni Forlán es el del Atlético, ni Suárez el del Ajax, y se recurre a “salvadores” como Lugano, Abreu, o Scotti –del valiosísimo gol ante Colombia-. Hay equipo para dar mucho más que la tradicional garra charrúa, y quizás sólo haga falta lo que se necesita en los últimos 30 años para ganar un mundial, estar en un nivel alto en el mes cuando se juega. Ni un mes antes, ni un año después. Hoy es así: Salvo España o Brasil, una buena racha te da una semifinal, y una mala te devuelve en primera ronda. Que nos regalen un sol.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario